Apreciados integrantes del

Comité Directivo de CLACSO

Su despacho.-

Con mi admiración, estima y respeto;

Era un adolescente cuando escuché por primera vez de CLACSO. El primer texto con el sello de CLACSO lo colocó en mis manos quien había sido el director de la escuela donde estudie cuarto grado de primaria, el Prof. Juan Bernardo Pernalete Camacaro, quien además era el Presidente del Regional de la Federación Venezolana de Maestros. Unos años más tarde, en la efervescencia del debate del movimiento pedagógico colombiano de los ochenta del siglo XX, en medio de una reunión que coordinaba el maestro Fals Borda, las reflexiones de CLACSO volvieron a llamar mi atención y la de los presentes.

La diáspora académica generada durante años por la intolerancia de las dictaduras en el sur del continente, posibilitó encuentros entre académicos experimentados y quienes comenzábamos a dar los primeros pasos en el mundo de la academia, creando lazos y relaciones que se han sostenido a través del tiempo, aún tiempo después de la oscura hora de los sables. El común denominador fue y es la necesidad de construir teoría crítica de estos procesos y ahí, nuevamente CLACSO emergió como un camino y posibilidad cierta para hacer posible nuevas aproximaciones y formas de relacionamiento entre ciencias sociales y mundo de lo político. De ahí en adelante, no solo los textos sino la actividad general de CLACSO se convirtieron en acompañantes cotidianos en los debates y reflexiones que como académicos y militantes de la lucha social hacíamos en distintos momentos históricos.

Los foros, seminarios y la creciente actividad de CLACSO, durante las gestiones de Atilio Borón, Emir Sader y Pablo Gentili se convirtieron en una escuela permanente para quienes aprendimos de los grandes maestros y maestras nuestroamericanos(as) de la sociología, feminismo, política, economía, educación, antropología, gerencia y, en todo y cada uno de los campos de las ciencias sociales. Y en este transitar, de la mano de

CLACSO, valoramos la necesidad del diálogo abierto y permanente entre el Sur con todo el Sur y, desde el Sur con el Norte, desde una mirada propia que posibilitara el encuentro en la diversidad, especificidad y en el reconocimiento de quienes somos. Nos encontramos con una academia y fuentes de financiamiento del norte que decidieron compartir y acompañarnos con criterios solidarios de cooperación, entendiendo institucionalmente que tenemos desafíos propios pero también comunes.

Ver la obra de CLACSO es como mirar retrospectivamente a la región, tanto en lo transitado por nuestras sociedades en las últimas cinco décadas como en lo recorrido por la academia y las ciencias sociales en medio de tensiones políticas, humanas y paradigmáticas. La producción de CLACSO iluminando el presente y armándonos teórica, conceptual y desde la experiencia se convierte en mirada descolonial para el abordaje del mañana. Comprendimos que CLACSO es parte de la memoria e historia de un continente que construye por distintos caminos una sociedad más justa, solidaria, plural, democrática e independiente.

En mi recorrido académico y el acompañamiento que hago a procesos sociales en Latinoamérica y el Caribe he evidenciado la alta valoración que se tiene del trabajo de CLACSO. Más aún, me atrevo a señalar, sin ningún tipo de dudas, que la generación a la cuál pertenezco ha sido forjada en buena medida por la mirada y epistemología de las ciencias sociales que ha desarrollado CLACSO. Y eso es también un saldo social, humano, democratizador y ético positivo llevado a cabo por una generación de grandes maestros y maestras quienes desde CLACSO siempre se preocuparon por construir espacios de encuentro entre tradición e innovación, experiencia y deseos de aprender, inquietudes y demandas sociales.

En el presente, la sociedad global vive una crisis civilizatoria generalizada que abre un nuevo capítulo, en este caso impactada por la vertiginosa velocidad que caracteriza a los cambios científicos, tecnológicos y culturales epocales, los cuales tienen una incidencia directa no solo en la cotidianidad sino también en la propia sociabilidad humana. En ese contexto, América Latina y el Caribe se enfrentan a la necesidad ineludible de actualizar referentes e inventar nuevas formas de comprender, construir y actuar en agendas de cambio. Muchas de las propuestas y respuestas formuladas en el pasado reciente resultan hoy insuficientes y limitadas. El mundo en su conjunto y la región en particular, esperan que las ciencias sociales posibiliten no solo la comprensión de los fenómenos que están ocurriendo sino que también iluminen las alternativas. Además, la unidad de las ciencias, de las perspectivas científicas en su conjunto, para abordar de manera mancomunada los retos del presente, constituyen una demanda que se ha puesto nuevamente de relieve. El modelo de redes investigativas, de grupos de trabajo, es decir de acción colectiva en ciencias sociales resulta fundamental en esta etapa. CLACSO tiene las posibilidades y capacidades para continuar construyendo una referencia académica, intelectual, ética, estética y humana al respecto.

En ese sentido mi experiencia social, profesional, formación académica, capacidad gerencial, vocación y voluntad de servicio la coloco a la disposición de mis colegas y hermanos de los distintos centros miembros, redes y colectivos de CLACSO en todo el mundo quienes desde las ideas, el pensamiento y la acción contribuimos a construir otro mundo posible. Mi postulación para la elección a la Secretaria Ejecutiva de CLACSO para el próximo periodo, la hago convencido de la necesidad de unificar tradición, innovación y aspiraciones en un modelo de gestión que privilegie la visón colectiva y actualizada en la senda de una academia comprometida con el bien común. Cuento con la formación académica, de gestión, humana y profesional para ello, pero además durante las últimas décadas he tenido la oportunidad de desarrollar una alta capacidad de relacionamiento y de mediación política entre las agendas de los organismos multilaterales, movimientos sociales, agencias de financiamiento, mundo de la academia y los decisores de distintos gobiernos. Es decir, mi experiencia en el campo de la puesta en común de agendas diversas, resulta especialmente útil en la actual etapa de CLACSO.

Finalmente considero que el aprendizaje continua, y ahora cada uno de los candidatos que participaremos en esta elección para la Secretaria Ejecutiva tendremos la oportunidad no solo de ampliar nuestro horizonte respecto a la vida electoral interna de CLACSO, sino también de mostrar a todo el colectivo de las ciencias sociales y la sociedad regional en su conjunto, que si es posible recrear la participación, la democracia y política para que las instituciones modelen en cada una de sus dinámicas ese otro mundo posible.

Fraternalmente

Luis Bonilla-Molina