I
Por las mañanas el calor entra por los ojos. Por eso, él desanda los rincones buscando el brillo; persigue las gotas de polvo gris que le señalan el camino. La luz que busca está en los ojos que le resultan esquivos, donde no puede verse reflejado en la sonrisa del otro. Hace tiempo que la única caricia que recibe es la de su imagen en el espejo. Se mira y el pasado lo empuja, el futuro le aterra. Hoy la pequeña planta que le acompaña decidió por fin echar una flor.
II
Felipe tiene amigos. No son muchos, pero le recuerdan el aroma de la solidaridad. Algunos días, por la mañana, le llaman para preguntarle si tomó un café y una que otra noche, buscan algún pretexto para decirle hasta mañana. Son cada vez menos, porque no entienden la razón de su abandono. Todos los días, cuando la soledad asfixia, les llama con la excusa de la tarea inconclusa.
III
Ya no va más al parque donde miraba las horas pasar. Allí, otros conocidos, que no son los amigos, solían acercarse a él para recordarle la aparición de una arruga, lo desaliñado que se veía con esa camisa, lo feo que se mostraba con esa barriga. Hay gente que no sabe ver nada bueno en los demás; tal vez, consideran que si lo hacen, van afloran todas sus debilidades. Por eso, esa gente siempre viste bien, huele bien, pero trata mal a los demás.
IV
Desde hace unos meses su postura corporal es cada vez más agachada. Ya no tiene empleo y la seguridad social apenas si le sirve para pagar la renta. Hoy el dinero no le alcanza para comer y recuerda que en la ciudad aún le queda un familiar. Va a la casa y ella lo recibe con un gesto de fastidio que se convierte en desprecio en cada una de las comisuras de sus labios. Le pregunta si otra vez tiene hambre y, antes que le responda, le pide que se siente en la mesa, confeccionando un plato con retazos de alimentos de cada uno de los platos de los comensales. Al final le dice que ella no cocina para él, que si desea comer debe venir cuando todos ya hayan cenado.
V
No tiene para ir al cine, pero le gusta ir al lugar para ver los carteles, oler el aroma de las cotufas y recordar un pasado que ya se le hace demasiado distante. Disfruta como si fueran propias las sonrisas de los más chicos y se acerca a ellos para escuchar el resumen del filme. Arma la trama a partir de los comentarios que oye y construye múltiples finales donde todos ganan. Hoy, un niño le miró a los ojos y le sonrió.
VI
La cama es un espacio que puede ser chico o asemejarse al infinito. Intenta recordar la última vez que le acariciaron el rostro mientras dormía y la memoria le resulta esquiva. Imagina que la dama que está en la portada de la revista decide acompañarle en el breve instante que transcurren sus sueños y abrazarle cuando las pesadillas llegan. Se dice a sí mismo, que hay quienes están peor, porque él por lo menos se deja seducir por la fantasía.
Taller literario 2020 (módulo bocetos cotidianos 3)