Este trabajo del compañero Norman Antonio Boscán, se publica en mi web como firma invitada, ya que algunos de sus planteamientos resultan útiles para animar el debate político revolucionario en Venezuela


 

Tiempos de definiciones:

 

Autor: Norman Antonio Boscán

 

  1. Los orígenes del proceso Bolivariano

Existe una disputa subterránea entre sectores civiles y militares en el proceso Bolivariano, respecto al punto de inflexión del proceso Bolivariano. Si bien es innegable en términos históricos concretos que lo que conocemos como alianza cívico militar se generó en la década de los cincuenta del siglo XX, derivado de una decisión política de la izquierda venezolana, no obstante respecto al punto de aceleración radical existen diferencias, con argumentos que señalan que fue el 27 y 28 de febrero de 1989, mientras otros plantean que fue el 4 de febrero de 1992.

Chávez tomó partido por la tesis del 27 y 28 de febrero, no como un gesto para congraciarse con los civiles, sino por los claros orígenes antineoliberales de la revuelta popular del 89. A partir del viernes negro de 1983 se abre la crisis de gobernabilidad en Venezuela hecho que fue aprovechado para intentar el desembarco del capital trasnacional, lo cual implicaba reorientar y someter a las burguesías nacionales, atándolas al carro de la globalización neoliberal.  Carlos Andrés Pérez fue la punta de lanza de la operación del capital trasnacional, abriéndole paso a un programa de reestructuración macro económica diseñado por el Fondo Monetario Internacional. La agenda del FMI profundizaba la exclusión, la pobreza y la explotación laboral en el país, lo cual hizo explotar la más importante revuelta popular del siglo XX. El Caracazo es una revuelta contra el FMI y sus programas de ajuste neoliberal.

 

  1. El FMI

El Fondo Monetario Internacional (FMI) surge de los acuerdos de Bretton Woods (1944), para garantizar la estabilidad del sistema financiero del capitalismo postguerra mundial, con una clara subordinación ejecutiva a los Estados Unidos. Su rol es el de promover la mirada ortodoxa de las finanzas del capitalismo global para que se pueda desarrollar el comercio mundial a partir del sector privado.  Para el FMI los Estados nacionales deben alinear sus políticas públicas para garantizar el sostenimiento y la prosperidad del sistema capitalista. El FMI se ha venido adaptando e impulsando la agenda del neoliberalismo a escala planetaria. Un ejemplo de ello, fue el papel jugado por la visita a China y reunión de Richard Nixon con Mao Tsetung en 1972, que fue determinante para la posterior “normalización” de las relaciones del gigante asiático con el FMI; requisito fundamental para el desarrollo económico capitalista en China. El FMI “no da puntada sin el dedal del mercado”. EL FMI trabaja en coordinación y alianza con el Banco Mundial, la OCDE, entre otros

En la actualidad, la forma como toma sus decisiones el FMI ilustra su rol de centro de instrumentalización del capitalismo neoliberal del siglo XXI. El proceso de decisiones del FMI se inicia con las reuniones del G7/G8, el G20 y el G24. Son los memorándums de trabajo que emanan de estas citas las que sirven de fundamento y orientación a la estructura de gobierno del FMI, tanto a la Junta de Gobernadores, como a la Dirección Ejecutiva como a la Dirección General.

 

 

Fuente: Fondo Monetario Internacional

 

El FMI inicia sus procesos de toma de decisión formulando agendas sectoriales de trabajo, de reformas y políticas públicas que condicionan no solo el acceso a financiamiento de las llamadas bancas de desarrollo, sino la articulación con la Organización Mundial de Comercio (OMC), instancia que regula el flujo comercial global.

Es decir, el FMI no es una instancia a la cual se deba subestimar en la construcción de resistencias anticapitalistas, ni a la cual se pueda engañar en una partida de “bolas criollas”.  Venezuela es un miembro decorativo del FMI, debido a que no ha habido una discusión política nacional sobre la conveniencia o no de permanecer allí, y en el último de los casos para qué.

 

  1. El anti imperialismo de Chávez

Chávez no solo consideraba al FMI como el corazón del capitalismo, sino que expresó con claridad su posición respecto a este órgano cuando dijo” No nos hace falta estar yendo a Washington, al Fondo Monetario, ni al Banco Mundial, ni nada. Yo quiero formalizar la salida de Venezuela del BM, del Fondo Monetario” (2007) o “disuélvase el Fondo Monetario Internacional, desaparezca del mundo” (2008).

Ese discurso de Chávez era continuación y consecuencia de su proclama antiimperialista. Chávez entendió y nos enseñó que es imposible desarrollar un antiimperialismo anti norteamericano (porque existen otros imperialismos) sin tener una política clara de distanciamiento del FMI. Peor aún, como lo demostró China, es imposible acercarse a FMI desde una posición crítica, sin acordarse previamente con los EEUU.  Y para acercarse a los EEUU hay que dar muestras de iniciar una ruta neoliberal de la economía y las políticas públicas

 

  1. Durante el Estado de sitio planetario se mueven los hilos del capitalismo mundial

El bloqueo criminal contra Venezuela es diseñado y accionado desde la Administración de Trump, con asesoría y acompañamiento del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la OCDE. Toda la estrategia del bloqueo criminal contra Venezuela se orienta a lograr que el capital trasnacional de distintas facturas, adquiera las materias primas venezolanas a precio de “gallina flaca”, sin importarle las consecuencias que ello trae para la población venezolana en materia de salud, educación, alimentación, servicios públicos, es decir en la cotidianidad de los sectores populares. Este bloqueo forma parte de las tensiones existentes entre el capital trasnacional en la ruta de construcción del imperialismo muticéfalo y extraterritorial del siglo XXI.

Como lo señalan otros artículos publicados en este portal[1], la pandemia del Coronavirus ha facilitado la construcción de una nueva hegemonía sobre el funcionamiento de la economía, el mundo del trabajo, la educación, la sociabilidad, la comunicación, entre otras, que requiere el desembarco de la cuarta revolución industrial. El primer “estado de sitio planetario” en pleno desarrollo, es el marco en el cual el capitalismo construye las condiciones de posibilidad para el giro de 30º en espiral ascendente que requiere para la instauración del nuevo orden mundial, facilitado por la aceleración de la innovación científico tecnológica.

En ese contexto, cualquier movimiento de las economías nacionales debe estar alineado a lo nuevo que se está construyendo. Cualquier acercamiento al FMI en estos momentos es solo para avanzar en la dirección de la reestructuración económica previa a la cuarta revolución industrial. En el escenario internacional las burguesías trasnacionales dominantes se tensionan entre dos lógicas, la primera, resolver las diferencias por la vía militar y, la segunda, usar las fricciones y los conflictos locales para legar a acuerdos de integración de los capitales trasnacionales. Aún no queda claro cuál de estas dos líneas de trabajo prevalecerá, pero no se puede tocar las puertas de “las grandes ligas” desconociendo esta nueva realidad y como situarse en ella como Estado. Más aún cuando el proceso Bolivariano, con sus derivadas y retrocesos, sombras y claudicaciones, sigue siendo una referencia para los pueblos que luchan.

 

  1. La carta venezolana al FMI, algo que no debió ocurrir

El 17 de marzo de 2020 nos sorprende la información respecto a que Venezuela solicita una línea de crédito al FMI en el marco de la crisis generada para el Coronavirus. Al principio consideramos que era un Fake News, pero luego fuentes oficiales lo confirmaron. Los argumentos que corrieron en un principio resultaron inverosímiles. El primero que era para algo así como “engañar” al FMI y recuperar algo de lo que había sido confiscado con el bloqueo, como si las instancias del FMI estuvieran constituidas por ingenuos banqueros de pueblo con carreteras de tierra y polvo. El segundo, que era para crear una “fisura” entre el FMI y la administración norteamericana, argumento por demás pueril e infantil. El tercero, que era para colocar e evidencia al FMI, como si nuestro pueblo no hubiese sido educado suficientemente al respecto.

Voceros más calificados señalaron que altas instancias del FMI habían ofrecido asesoramiento y una línea de financiamiento y por ello se había hecho. Pero, el FMI no es una instancia de beneficencia, si facilita un crédito es a cambio de un ajuste estructural de la economía y un abandono ya no de las iniciativas socialistas, sino de la propia palabra socialismo. En el caso de China se le permite porque juega otro rol en el nuevo orden mundial, pero eso escapa a los límites de este breve artículo.

Por ello, considero que es inaceptable la iniciativa presentada por el ejecutivo venezolano ante el FMI, independientemente de si se niega o se acepta concederlo.  Esta acción confunde y desmoraliza a una población ya sometida a condiciones de vida material muy precarias producto del bloqueo económico norteamericano y desacertadas medidas asumidas en el plano económico en los últimos años. La idea China de un país, dos sistemas, no puede ser calcada en sus apariencias sin implicar un profundo ajuste neoliberal.

Si el FMI lo otorga será a cambio de una coherencia en las medidas económicas a favor del capital trasnacional. Ya el gobierno del Presidente Maduro viene desarrollando una agenda neoliberal con nombre de socialismo, pero esto sería un escalamiento a un nivel incluso que no ha logrado el capital en otros países

 

  1. Lo peor en política ocurre cuando se pierde la ilusión

Lo que preocupa de esta medida tan desacertada es sus efectos en una población a la cual se le dijo por años que el FMI era la expresión del capitalismo salvaje y el bloqueo económico y ahora de pronto se entra en diálogo con ellos, que pareciera va de las sombras a las medias claridades.

En la política como en el amor cuando se pierde la ilusión se pierde todo. Y esta medida pareciera allanar el camino para destruir la ilusión de un sector importante de la población que resiste estoicamente ante unas situaciones materiales de vida limitadas, ante la esperanza de un mañana solidario y anticapitalista.

El problema para la izquierda revolucionaria es que el gobierno de Nicolás Maduro goza aún de una base social importante, en gran medida clientelar, aunque aún un sector importante de la franja comunal politizada apoya con reservas al actual gobierno.  Estos dos sectores recibirán el impacto de una medida tan capitalista como la solicitud de financiamiento al FMI y tendrán que tomar decisiones que marcarán su postura política para los próximos meses.

 

  1. Re-Construir resistencias desde los bordes

Evidentemente nuestro compromiso con la denuncia contra el bloqueo criminal de la administración norteamericana al pueblo venezolano es irrenunciable, como lo es nuestra esperanza en la radicalidad honesta de los bordes del chavismo revolucionario. Para los socialistas revolucionarios la conexión emocional y cognitiva con este gobierno es prácticamente inexistente. El gobierno de Maduro es un ensayo sui generis de gobierno neoliberal con narrativa de “izquierda”, al estilo chino.

Considero que hoy, el potencial revolucionario está en estos bordes, que parecieran indicar un camino al centro político. Trabajar en los bordes, ayudando a clarificar y radicalizar su accionar es una tarea de los y las revolucionarias(os).

Incluso en sectores de la burocracia sindical agrupada en la CSBT comienzan a surgir fisuras, que expresan las presiones de las bases obreras y populares. No tengo fe en la burocracia enquistada en esta central que tiene al ministro del Trabajo más neoliberal en todo el periodo del proceso bolivariano, el “sindicalista” Eduardo Piñate. Pero es innegable que por debajo de lo burocrático se están moviendo los campesinos, los trabajadores a quienes se les niega la contratación colectiva y un salario por lo menos de sobrevivencia, los médicos y enfermeras en estado de pobreza absoluta, los maestros y profesores universitarios, la juventud rebelde y no coaptada.

El chavismo de base se mueve y los y las revolucionarios, desde los bordes no institucionales donde esto ocurre, tenemos que trabajar para generar una nueva revuelta contra este nuevo intento por desembarcar al FMI en Venezuela. Pareciera que la revolución venezolana retorno al punto de inflexión.  Veremos y allí estaremos.

[1] https://www.aporrea.org/actualidad/a288155.html ////  https://www.aporrea.org/internacionales/a288218.html