Políticas y Líneas de Acción (PLA)

Orquídeas al viento: Las nuevas generaciones de venezolanos y venezolanas en los procesos migratorios 2014-2020

Luis Bonilla-Molina, Doctor en Ciencias Pedagógicas, con estudios postdoctorales en modelos de evaluación de la calidad educativa y más recientemente en pedagogías críticas y educaciones populares. Fundador del portal Otras Voces en Educación y directivo del Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en Educación. Premio anual 2020 de Justicia Social, otorgado por el Proyecto Democrático Paulo Freire de la Universidad de Chapman, EEUU.

E mail: luisbonillamolina.62@gmail.com

Palabras claves: emigrantes jóvenes venezolanos(as), crisis económica, crisis política, crisis social, medidas coercitivas norteamericanas, asedio imperialista.

Presentación

            Si estudiamos la historia republicana venezolana podemos observar que la actual dinámica de emigración, especialmente de la población joven, constituye un hecho inédito, fundamentalmente por su impacto en narrativas e imaginarios que se habían sostenido hasta el presente como constitutivas de la nacionalidad. 

            Cientos de miles de jóvenes, estudiantes, profesionales y trabajadores(as) han tenido que partir de Venezuela. Venezuela ha sido conmocionada como nación, por la emigración no prevista de cientos de miles de nacionales durante los años 2014-2020. Lo no previsto está signado por el deterioro acelerado de las condiciones materiales de vida de la población venezolana, especialmente de su juventud. El discurso que hace ver como espontáneo y no programado este proceso de emigración, procura presentar a quienes parten como limitados/as en su capacidad de agenciar su propia vida, pero también, como eunucos políticos. Marx en el prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política (1859) precisaba que “el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general” y, eso es lo que está ocurriendo, un proceso de recualificación política determinada por el deterioro de la calidad de vida, que tiene como una de sus expresiones concretas el fenómeno de la emigración.

Análisis Político

La emigración venezolana en general y la juvenil en particular, ocurrida en el periodo 2014-2020, tiene causas multifactoriales que no siempre son trabajadas a la hora de intentar comprender este fenómeno. Se considera necesario analizar por lo menos tres causas estructurales concretas que están en la génesis de esta problemática.

La primera, el permanente asedio de las fuerzas imperialistas contra la revolución Bolivariana. El modelo económico neocolonial, dependiente y rentista de la economía venezolana durante la cuarta República, estuvo asociado a la relación de subordinación del gobierno y la burguesía venezolana a los Estados Unidos.

La Revolución Bolivariana desde sus inicios gubernamentales en 1998, se planteó romper con esta relación de dependencia y trabajar una nítida perspectiva de soberanía nacional y mundo multipolar. 

En mayo de 2004, después de la develación de la participación norteamericana en el golpe de Estado de 2002 y ante el descubrimiento de un campamento paramilitar con intenciones conspirativas contra el gobierno nacional, el presidente Chávez formuló la declaración antiimperialista del proceso Bolivariano, que expresaba el quiebre histórico de la relación de sometimiento de la nación del norte sobre Venezuela.

Esto intensificó el asedio norteamericano y de las naciones imperialistas europeas contra la patria de Bolívar, acoso que ha sido constante y previsible. A la Declaración de la administración de Obama, sobre Venezuela como amenaza a la seguridad nacional norteamericana le siguieron las medidas coercitivas contra Venezuela decretadas por Trump. Las sanciones norteamericanas han tenido un impacto profundo en la calidad de vida de la población venezolana y tienen la intención de frenar y eliminar el espíritu transformador de la revolución Bolivariana. Se destaca la noción de asedio previsible, porque ello implica obligación del liderazgo que conduce una transformación radical, de prever escenarios, salidas, propuestas alternativas que se valoran más allá de sus narrativas por su eficacia política, económica, social. 

La segunda, es compleja por las contradicciones dialécticas que contiene y quizá la mejor forma de describirla es usando la metáfora de una marcha del proceso Bolivariano en tres carriles, no siempre paralelos. El primero de los raíles expresa las dinámicas que acompañan la decadencia de la vieja burguesía, hecho que en un país de economía importadora facilitó el surgimiento de nuevos actores de la llamada “burguesía emprendedora nacional”. Este fenómeno tiene hitos importantes entre 1999-2002 (Miquelenismo), 2003-2013 (surgimiento de nuevos actores de la burguesía importadora) y 2013-2020 (consolidación de la idea de burguesía revolucionaria, plasmada en políticas públicas).

El segundo de los raíles se construye a partir del emerger desde el Estado, de un proceso de comunalización que apunta a la construcción de un modelo de socialismo del siglo XXI, el cual tuvo su auge entre 2002 y 2007, detenido por las tensiones que se crean entre poder popular embrionario e intereses de la burguesía importadora emergente.

El tercero de los raíles lo transita la corriente histórico-social por el cambio radical en Venezuela, que viene de las batallas libertarias del siglo XX, especialmente contra el neoliberalismo.

Estos tres carriles han tenido intersecciones en distintos momentos de auge de cada una de estas dinámicas, encuentros que son fáciles de identificar por la crispación política que producen estas confluencias, ya sea al interior de las fuerzas bolivarianas o, entre oposición y el llamado chavismo.

La tercera, la cultura del rentismo en general y del rentismo intelectual en particular, que ha menospreciado el talento nacional popular para salir de la crisis y ha preferido construir una ruta de “salvación nacional” con capitalismos emergentes como China, Rusia, Turquía, entre otros. Capitalismos emergentes que están orientados por la ganancia, especulación y usura, no por los intereses del pueblo venezolano; negociar con ellos implicaba redoblar las alertas, nunca colocar puentes y alfombras, entre estos y un sector de la burguesía criolla.  Solo el pueblo salva al pueblo y, eso en Venezuela tiene lectura de Estado comunal, pero la comunalidad y el desembarco en el país de los capitalismos emergentes representan intereses diferentes.

Las intersecciones de estas tres dinámicas crean “detonaciones incesantes”, qué al no ser abordadas desde una perspectiva de lucha de clases, deterioran las condiciones materiales de vida de la población, sirviendo de caldo de cultivo para el escalamiento de los procesos migratorios.

Históricamente Venezuela ha sido un país receptor de inmigración, pero no había vivido en el último siglo, un proceso de emigración tan fuerte como el que se ha dado entre 2014-2020, estimado por encima del 8% de la población actual, con un gran componente de movilidad juvenil. Este fenómeno ha generado lecturas polarizadas que no contribuyen a su estudio y la generación de propuestas en políticas públicas. La resolución de esta situación pasa por allanar la construcción de políticas públicas integrales, fundamentadas en la intersectorialidad de los derechos humanos.

Propuestas

Es urgente generar una amplia campaña regional y mundial de denuncia sobre el efecto perverso y profundo de las sanciones norteamericanas sobre Venezuela. Si bien no es la única causa, es imposible recomponer la situación económica, política, social, cultural, tecnológica y migratoria actual, sin que previamente cesen las medidas coercitivas norteamericana y de los imperialismos europeos contra Venezuela.

Acción que debe ser acompañada por un conjunto de políticas públicas del Estado venezolano, en la perspectiva del “golpe de timón” solicitado por el presidente Chávez antes de morir.  Estas políticas públicas pasan por

  1. El retorno a los principios de la democracia participativa y protagónica fundamentados en la democracia popular y de la calle, gestados en el periodo 1989-1998 y plasmados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999.
  2. La recuperación de las iniciativas para la construcción de un Estado comunal, que haga suyo el papel conductor del poder popular en la gestión de los asuntos públicos.
  3. La urgente necesidad de volver a la idea que la crisis la paguen quien más tienen y no el pueblo.  Impuesto a las grandes fortunas y ganancia, suspensión del pago de la deuda externa y auditoria ciudadana de la misma, pero también estilos de vida de la dirigencia política que se correspondan a la situación material de la mayoría de la población.
  4. Se requiere un quiebre con el modelo rentista, dependiente y neocolonial de la economía venezolana. Ello no se resuelve sustituyendo la relación de dependencia con la nación norteamericana por la subordinación a naciones capitalistas emergentes, sino por el desarrollo de un aparato productivo nacional, fundamentado en la investigación y la innovación al servicio del pueblo.
  5. Se requiere un acuerdo nacional para construir las condiciones de posibilidad para el retorno a la patria de los cientos de miles de emigrantes que hoy se encuentran dispersos por el mundo. Pero ello solo será posible, si recuperamos el poder adquisitivo del salario de la clase trabajadora y los profesionales, si se detiene la inflación desmedida y se desarrolla una relación entre capital y trabajo a favor del segundo de estos componentes.
  6. Es prioritaria una redefinición del modelo educativo Bolivariano, conservando su compromiso con el pueblo y los territorios, pero con una nítida mirada sobre el presente y la prospectiva. Superar las frases comunes, por procesos de enseñanza-aprendizaje que estimulen el conocimiento realmente transformador. Se requiere de un sistema educativo capaza de actuar de manera comprometida con los intereses de las mayorías en un contexto de aceleración de la innovación científico-tecnológica y de emerger de la cuarta revolución industrial.
  7. Es indispensable educar para la movilidad humana, en un mundo en el cual los procesos migratorios son cada vez más influyentes en las dinámicas sociales. La carencia de una educación para la movilidad humana ha tenido efectos negativos en la forma en la cual se organiza y ejecuta la emigración de muchos compatriotas. Esto debe resolverse de manera inmediata.
  8. Todo esto es sostenible si se hace de manera democrática, en consulta permanente a todo el pueblo, derrotando mediante este ejercicio las tentaciones autoritarias y maniqueas
  9. Es necesario recomponer el diálogo como factor de encuentro en las diferencias, de respeto a la diversidad, para la paz con justicia social. Esto pasa por subrayar las coincidencias, desde una perspectiva soberana y popular. Valoración de las coincidencias que no implica ocultamiento de las diferencias, sino tratamiento respetuoso de las diferencias para construir consensos viables y sostenibles. Esto implica modificar prácticas y culturas instaladas en la oposición política y el gobierno.

Las actuales generaciones de venezolano debemos garantizarles un país mejor a las nuevas generaciones. Es hora de actuar juntes en esa dirección.