Ideas para seguir transformando la educación venezolana.

La Calidad de la Educacióncambio educativo. Con este texto se intenta contribuir a la reflexión sobre el tema. Bienvenido el debate para transformar prácticas, ideas, paradigmas, modelos de gestión e imaginarios, teniendo como norte el compromiso con los más humildes, la independencia nacional y el socialismo.

El esquivo tema de la calidad educativa En algunos sectores de la sociedad venezolana se instaló por años la falsa idea de que la noción de la calidad en educación era una cuestión neoliberal o burguesa, obviando que éste ha sido un tema transversal en cada uno de los hitos históricos de la transformación educativa a escala planetaria. La reforma de Córdoba, el Mayo Francés, el movimiento por la reforma universitaria de los setenta, y la propia rebelión estudiantil de 1987 en Venezuela, son sólo algunos ejemplos.

Si bien es cierto que en los ochenta y en los noventa –fundamental-mente a partir del llamado “Milagro asiático”– el neoliberalismo rese-mantizó el término para asociarlo a la política productiva de los llama-dos “ISO”, convirtiendo la calidad en una noción de mercado, esto sólo evidenció que la educación y todas sus aristas son asuntos fundamental-mente políticos. En ese terreno –el de la perspectiva político-pedagógica– debimos continuar peleando la histórica posición de la izquierda anticapitalista en torno a la calidad de la educación, que no es otra que una educación para la ciudadanía, con profunda pertinencia respecto a las necesidades locales y que “sirva para lo que dice servir”; es decir, para formar un hombre con conciencia crítica, comprometido con el destino independiente de su país.Para la sociedad venezolana es una muy buena noticia que se retome el debate sobre la calidad desde el Ministerio del Poder Popular para la Educación, abriendo una consulta nacional.

El foco de la calidadEntrando en materia, en un primer momento es necesario precisar el centro de interés educativo respecto a la expresión calidad de la educación, tanto para los ciudadanos como para los estudiantes y profesores, así como para el propio gobierno. Es urgente hacer un inventario de las posiciones actuales sobre este tema: las de Luis Bigott (2011), centradas en la cien-cia y la tecnología; Henry Giroux (2002), con énfasis en la formación de ciudadanía; Juan Carlos Tedesco (2013), sobre el sistema educativo; Jurjo Torres Santomé (2011), sobre la justicia curricular; Carlos Lanz (1999), en torno a la escuela como centro del quehacer comunitario; Moacir Gadotti (2009), en torno a la educación para otro mundo posible desde la educación popular; Armando Rojas (2005), sobre el continuo humano; Peter McLaren (2007), acerca de la relación modelo social y escuela, y las que he mantenido en múltiples conferencias y textos, basadas en la nece-sidad de retomar la integralidad y totalidad del hecho pedagógico a partir del sujeto de la educación (Bonilla et al), por sólo mencionar algunas.Evidentemente todas son importantes.

El desafío consiste en evitar que se canibalicen por egos académicos, por ambiciones políticas o por simple afán de protagonismo de quienes las defienden o defendemos. En este esfuerzo integrador de consenso como centro de la acción, es muy importante vincular cada una de esas posiciones con un nivel de interven-ción en el sistema educativo. Estos niveles serán definidos más adelante.

Para descargar el libro en el siguiente link: la-calidad-de-la-educacion-1